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Las Precursoras

Quiénes fueron  las primeras en dar la lucha por los derechos de la mujer en el Perú

Publicado: 2014-07-04


(Mabel Barreto) Estaban destinadas a ser iletradas, ignoradas, invisibles y sumisas. Pero se negaron a seguir ese camino y optaron por iniciar una serie de luchas para conquistar los derechos civiles, políticos y por la igualdad de las mujeres peruanas.

En una época (siglo XIX y principios del siglo XX) en que la formación femenina estaba orientada exclusivamente para el matrimonio y las tareas conyugales, había que conquistar el derecho equitativo de la mujer a la educación. Teresa Gonzáles de Fanning, y Elvira García y García preconizaron la reforma de la educación femenina.

La primera rechazó la educación femenina tradicional, que fomentaba el estudio de música, idiomas, algo de letras y cálculos básicos; planteando en su reemplazo una educación integral, incluyendo la formación laboral para que la mujer se emancipase de la dependencia económica del marido. Fundó el Liceo Fanning (1881), colegio de mujeres donde puso en práctica su propuesta educativa.

Elvira García y García continuó la obra iniciada por Teresa Gonzáles de Fanning asumiendo la dirección de este liceo durante 20 años (de 1894 a 1914), poniendo en práctica allí una serie de reformas para elevar el nivel de la enseñanza de las mujeres. Entre otras innovaciones, introdujo los cursos de educación física, para lo cual contrató a la profesora estadounidense Elsie Wood; clases que causaron gran polémica entre los padres de familia. En 1906 se convirtió en la primera mujer en titularse como Profesora de Segunda Enseñanza en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


Ilustradas y contestatarias

  En la segunda mitad del siglo XIX surge en el Perú una generación de mujeres escritoras llamadas por algunos “las ilustradas” y por otros “escritoras contestatarias”. Tenían en común una amplia formación que habían logrado, meritoriamente, a punta de querer saber, en forma autodidacta. Fundaron revistas literarias, realizaron veladas culturales, escribieron en los diarios de la época y dejaron obras que hablan de sus luchas y también de otras batallas sociales que no dudaron en abordar. 

Clorinda Matto de Turner (1852-1909), por ejemplo, abogó desde su libro “Aves sin nido”, por los derechos de quienes entonces se conocía ‘indios’. También realizó su defensa ejerciendo el periodismo. Fundadora de la revista El Recreo (1876), fue jefe de redacción del diario La Bolsa (1884-85) y también de El Perú Ilustrado en Lima.

La publicación de un artículo considerado “sacrílego” en esta última revista se convirtió en un caso de censura a un medio de comunicación: se prohibió la lectura, la venta y la difusión de la revista, la iglesia excomulgó a la periodista y se quemaron sus libros, que fueron prohibidos. E n 1891 Clorinda renunció a la revista para que ésta siguiera circulando y emprendió un largo viaje fuera del país.

Juana María Gorriti, Mercedes Cabello de Carbonara, Dora Mayer, Zoila Aurora Cáceres y otras mujeres integran también esta aguerrida generación, que dio la batalla por los derechos de las mujeres desde las letras.


Por los derechos cívicos

  María Jesús Alvarado empezó hace 102 años a abrir trocha a todas las mujeres del Perú en el ejercicio de nuestros derechos como ciudadanas de este país. Pionera, activa luchadora social, escritora y periodista, se atrevió a cuestionar la sujeción al poder masculino y todo lo que ello representaba en la sociedad limeña y peruana, planteando en 1911 el primer Manifiesto Feminista.   

Con sólo tres años de educación primaria avanzó en la vida formándose a sí misma, trabajando como preceptora en una escuela fiscal; convirtiéndose así en moderna educadora, periodista, alumna de la Facultad de Letras de la Universidad San Marcos. Una mujer que desarrolló su propia autonomía.

Su manifiesto, “El Feminismo”, fue presentado en una conferencia en la Sociedad Geográfica de Lima. Por primera vez una mujer exponía en público ideas innovadoras en relación a la autonomía de la mujer y a la igualdad de sus derechos civiles y políticos.

Una placa, colocada en la casona limeña que albergara a la Sociedad Geográfica del Perú en 1911 al cumplirse los cien años del manifiesto de María Jesús Alvarado; recuerda la hazaña de esta mujer al decir en esa época que “La liberación intelectual, moral y económica de la mujer, traerá como consecuencia lógica y precisa, el reconocimiento de sus derechos civiles y políticos, su dignificación y emancipación completa, como lo exige la justicia que inspiran las leyes modernas”.

Para que no quedase ninguna duda sobre cuáles eran estos derechos, los detalló en el mismo Manifiesto:

“Las reformas (...) que exige el Feminismo son en síntesis las siguientes: 1º dar mayor amplitud y facilidades a la educación de la mujer, desarrollando su intelecto y amplitudes de igual manera que el hombre; 2º darle acceso a los empleos públicos y profesionales liberales, para que pueda subsistir por sus propios esfuerzos, mejorando su condición económica y social; 3º que se le conceda los mismos derechos civiles que al varón, libertando a la mujer casada de la dependencia del esposo, a que la ley la somete, privándola de los derechos de que goza de soltera; y 4º que se le otorguen los derechos políticos para poder intervenir directamente en los destinos nacionales, como miembro inteligente y apto que es del Estado”.

La imprenta de María Jesús fue allanada por la policía cuando imprimía unos volantes del sindicato minero de La Oroya. En pleno régimen de Leguía, fue encarcelada durante seis meses y en 1924 fue forzada a partir al exilio en Argentina, del que solo volvió después de 11 años. El naciente movimiento feminista fue herido y tardaría mucho en volver a alzar alas.


La voz solitaria en el Apra

Su apuesta por la lucha por los derechos de la mujer, por un feminismo naciente colocó a la poeta y periodista Magda Portal fuera del partido de Haya de la Torre. Libró su batalla en dos frentes, el literario y el político.

A través de sus escritos, la poeta puso énfasis en señalar que el voto calificado implicaba “una notable desigualdad con el varón ya que a éste, sea de la condición social que sea, se le permite el derecho al voto universal y a la mujer se la limita y se la califica de acuerdo a su posición social y económica...” (Hacia una nueva mujer, 1931).

Y es que la propuesta elaborada por la poeta al interior de la sección femenina del Apra, de “voto universal femenino” había sido cambiada por la del “voto calificado”, que planteaba que sólo estaban aptas para votar las mujeres que realizaban algún trabajo manual o intelectual. Levantó en voz alta sus discrepancias con la dirigencia partidaria, hasta que decidió romper con el partido.


Por el derecho al sufragio

La hija del presidente Andrés Avelino y de Antonia Moreno, Zoila Aurora Cáceres Moreno (1872 – 1958) fue una mujer independiente que dedicó su vida a las organizaciones sociales y a la lucha a favor de la emancipación femenina.

Exiliada después del golpe de Estado de 1895, se casó con un mujeriego, Enrique Gómez Carrillo, con quien no tuvo descendencia. Tras separarse de él, se dedicó a luchar activamente por el derecho al sufragio de las peruanas. En el libro "Historia del voto femenino en el Perú" Roisida Aguilar, investigadora de la ONPE, relata que Zoila Aurora fundó la agrupación Feminismo Peruano en 1924. Reunida con mujeres de la alta sociedad y clase media en el Hotel Bolívar y en la Sociedad Geográfica del Perú, elaboró una propuesta para que se modificara el artículo de la Constitución que no consideraba el derecho de la mujer al voto.

“Zoila Aurora Cáceres, la hija del ‘Mariscal’ como gustaba presentarse, independiente siempre, decidió preservar su autonomía y no se vinculó a ningún partido político porque quería convocar a la mayor cantidad de parlamentarios en torno a su proyecto y que el Congreso Constituyente de 1931-1932 debatiera su propuesta. Lo logró. El lobby hecho por su asociación resultó tenaz: la Constitución de 1933 incluyó el sufragio femenino para la elección de gobiernos municipales. Por desgracia, las mujeres no ejercieron ese derecho porque el nombramiento de los alcaldes mediante elecciones se suspendió hasta 1963”.

Tras largos debates en el Congreso de la República, y mucha y tenaz lucha de las mujeres, la ciudadana peruana cumplió por primera vez su obligación de votar en las elecciones del año 1956.

Las mujeres que dieron la batalla por éste y otros derechos de los que hoy gozamos las peruanas no pueden quedar en el olvido. A este puñado de nombres hay que sumar muchos otros: Dora Mayer, Mercedes Cabello de Carbonara, Miguelina Acosta Cárdenas, Adela Montesinos, Angela Ramos…No podemos tampoco dejar de mencionar a las obreras, costureras, “rabonas”, etc, sin cuyos pasos no estaríamos ni escribiendo yo este artículo ni tú leyéndolo y enterándote quiénes fueron las primeras en dar los pasos para que podamos transitar por un camino con mayor igualdad de derechos…Este aún tiene piedras, escollos y techos que nos tocará a nosotras romper.

(Publicado en El Peruano, 7 de marzo 2014)


Escrito por

Mabel Barreto

Esta es mi trinchera en la batalla de las mujeres por su derecho a la igualdad, contra la violencia y la impunidad.


Publicado en

La otra mitad

Blog sobre luchas y derechos de las mujeres peruanas. Para nosotras, “la mitad de la tierra, la mitad del cielo y la mitad del poder".